viernes, 7 de septiembre de 2007

¿TE SIENTES ENFANGADO?


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¿TE SIENTES ENFANGADO? EMPIEZA A ESCARBAR


El primer paso a la victoria es mirar a Cristo en vez de a nosotros. Esto requiere de abrir nuestro corazón a Dios, solicitar su guía y gracia, confesar nuestras faltas y dejarlo a él actuar. Una de las grandes mentiras de Satanás es hacernos creer que no existe solución para la depresión que estamos sufriendo, pero los cristianos debemos reconocer que no existen situaciones sin esperanza en Cristo. Lucas 1:37. Aun cuando nuestras circunstancias se vean deprimentes, no debemos dejarnos caer en depresión, Dios comprende nuestro dolor y nos ofrece su ayuda. Mateo 7:7-11.


A. Pensamientos negativos. El negativismo está fuertemente enraizado en las mentes de algunas personas, lo cual les afecta adversamente en cada área de sus vidas. Nuestros patrones de pensamiento tienen gran influencia sobre nuestras emociones y nuestra voluntad. Si alguien sólo tiene pensamientos negativos y destructivos, lo más seguro es que como resultado tenga depresión y desanimo. La Palabra de Dios nos dice esto en Prov. 23:7. La gente deprimida ve únicamente el lado oscuro de la vida, generalmente tiene una perspectiva muy pesimista, para ellos la vida sólo es una sucesión infinita de cargas, obstáculos y decepciones. Se han convencido a sí mismos que la vida no tiene esperanza. Aun ellos a menudo se sienten ineficientes, inadecuados e inservibles, tienen poca o ninguna auto-estima, constantemente están expresando duda y crítica de sí mismos. Estos pensamientos negativos sólo les hacen ver en forma pesimista el futuro, el cual, según ellos, sólo alberga un continuo fracaso, penuria y frustración. Esta tendencia tan común en la cual muchos han caído, debe ser atacada y destruida, ya que es un patrón extremadamente peligroso que sólo engendra auto-compasión y depresión. Prov. 15:26.

¿Cual sería la solución a esta causa? La solución está en 2ª Cor. 10:5-6. Todos nosotros debemos disciplinar nuestros pensamientos y someterlos al señorío de Cristo. Esto significa guardar o cuidar los pensamientos, los cuales deben ir acorde a lo que Dios piensa de nosotros y de la vida. No debemos ceder a los pensamientos corruptos o tolerar las confesiones negativas. Necesitamos corregir obedientemente nuestros pensamientos sobre la realidad de la Palabra de Dios. Fil. 4:8. El conocer, meditar y vivir la palabra de Dios, limpiará nuestras mentes y corazones. Salmo 51:6-10. Pidamos a Dios que nos dé un corazón limpio y que aprendamos a ver, apreciar y valorar todas las cosa que él nos da para disfrutarlas.



B. Las demandas excesivas de la vida. El ser humano está siendo atacado por un afán de materialismo, comparación y competencia. Esta corriente crea en nosotros una falsa necesidad, la cual nos lleva a tomar “responsabilidades” innecesarias, como por ejemplo: el querer pagar un colegio o escuela que realmente no podemos pagar, el realizar un festejo en X lugar, sólo por quedar bien con los demás, o el contraer compromisos hipotecarios con el banco u otra institución comercial sólo por querer estar al nivel de otros, etc. A veces estas “responsabilidades” que enfrentamos pueden crear tanta presión que contribuye a la depresión. Cuando el peso de las demandas de la vida es demasiado fuerte, comenzaremos a quedarnos cortos, porque nos estaremos sobrepasando más allá de nuestras fuerzas. Habrá entonces en nosotros deficiencia y fallas al querer cumplir con los plazos, alcanzar metas o llenar las expectativas que la sociedad o que otros nos están imponiendo. Todo esto nos puede agobiar, produciendo desánimo y depresión.

¿Cual es la respuesta a esta causa? Primeramente es importante estar conscientes de que esta corriente es muy sutil, si nos descuidamos un poco, pronto estaremos envueltos en ella. Al estar conscientes de esto será más difícil que Satanás gane ventaja alguna sobre nosotros. 2ª Cor. 2:11.

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